EL MUNDO DEL POETA - LI BAI - LI PO
Los poetas perciben el mundo de
una manera muy singular e increíble, ¡mágica!, diría yo; pero no tan solo eso,
sino que también su manera de decirlo, de describirlo, es así. Es esa amalgama de fondo y forma, ideas tejidas -de apariencia simple- de
palabras y conceptos expuestos mágicamente, lo que nos atrae ¡y cautiva! Manera
sui géneris de percibir, describir y compartir la magia escondida dentro de la
realidad.
“Me preguntáis por qué estoy
aquí, en La Montaña Azul.
Yo no contesto, sonrío simplemente, ¡en paz el corazón!”. Algunas personas no
comprenden el mundo del poeta y, por esa incapacidad de comprensión, los
cuestionan. Justificarse no es papel del poeta; antes, son tolerantes con
nosotros los mortales, concientes de que no a todos nos bendijo la vida con los
mismos talentos.
“Caen las flores, corre el agua,
todo se va sin dejar huella” Li Tai Po percibe la brevedad de la vida y su
vigencia; la belleza tiene sus tiempos simbolizados por la hermosura de las
flores; y el inexorable devenir del tiempo, por el correr del agua. ¡En vano
serán los afanes de trascender!
“Es este mi mundo, diferente del
mundo de los hombres”. Li Tai Po (y quizás los demás poetas) vive atrás de un
velo que tiene la realidad, en un mundo mágico (azul) y alto, con todos sus
conceptos (la montaña), lugar a donde no todos tienen acceso, ¡solo los
privilegiados! Lugar desde donde se aprecia lo verdaderamente bello y valioso
de la vida y su entorno: ¡las cosas simples!, encuadradas en dos límites irrepetibles:
el principio y el fin.
Tengo la certeza de que los
poemas no deben de interpretarse, porque, según yo, son sensaciones que se
tienen al estar ante ellos y como tales, deben degustarse. En esta ocasión lo
hago solamente por el afán de compartir la belleza de un poema de Li Tai Po con
ustedes mis lectores, a sabiendas de que toda interpretación es subjetiva. Es
obvio que el poeta al escribir tiene en mente una idea clara de lo que quiere
decir, a su manera. Pero una vez que su obra se ha hecho pública, se convierte
en una especie de pieza de puzzle que irá a ensamblar en el espacio que cada
lector le tiene reservado, de acuerdo a su propia interpretación o sensación.
¡Salud!
Enrique Arteaga Sustaita
“Me preguntáis por qué estoy
aquí, en La Montaña
Azul. Yo no contesto, sonrío simplemente, ¡en paz el corazón!
Caen las flores, corre el agua,
¡todo se va, sin dejar huella! Es este mi mundo, diferente del mundo de los
hombres”.- Li Tai Po