Balance de Fin de Año
Por Enrique Arteaga Sustaita
El año viejo esta por fenecer; con él se van todas nuestras
tristezas y nuestras alegrías, nuestras penas y nuestras dichas, nuestros
aciertos y nuestros errores, nuestros éxitos y fracasos; nuestros amores y
desamores, etc. Todo ello acumulado a lo largo del año. Encima de todo este
montón de cosas sobresalen el odio, las ofensas, el orgullo y cosas así. Es
momento de hacer el balance -si no se hizo antes, al momento de los sucesos.
¿Qué vamos a poner en qué columna? ¿Qué va en los haberes? ¿Qué en los deberes?
¡No os hagáis, jajaja! ¡Todos sabemos en dónde va cada cosa! De alguna manera,
quizás lo que más no duela sean las cosas en donde tuvimos participación
directa y nos ocupamos en mostrar lo peor de nosotros, lastimando a las personas
-cercanas o lejanas, eso no importa. Porque de alguna manera si fuimos nosotros
los que padecimos lo anterior mencionado, eso no está en nosotros remediarlo;
pero si fuimos nosotros los protagonistas ejecutores ¡Eso si duele! Por una
razón: el tiempo no tiene reversa, no da marcha atrás –como a veces
quisiéramos- negándonos la oportunidad de remediar “aquello”; de no haber
actuado así. Cuando lastimamos a las personas dejamos heridas en sus corazones
difíciles de sanar y que pueden quedar ahí por toda la vida, con todas sus
consecuencias. Es entonces que apreciamos lo maravilloso del perdón; ¡Cómo unas
sencillas palabras emitidas desde lo más profundo de un corazón arrepentido,
pueden restañar y quizás sanar a otro corazón herido! Pero para que la bondad
del perdón opere, funcione, es necesaria la voluntad de perdonar. Cuando esta
dualidad de voluntades hace “clic” les juro que vuelve a brillar el sol en su
cielo, que quizás antes lo tenían en penumbras. Claro que esto no funciona para
aquellas personas que todo se les resbala, que tienen el corazón duro, de
piedra; que tienen el alma negra. ¡Allá ellos! ¡Gracias a Dios por el perdón, la vida pasada -como fuese- y
la oportunidad de ser mejores en un nuevo año! ¡Dios mediante! ¡Feliz Año
Nuevo! ¡Salud! – Enrique Arteaga Sustaita.