miércoles, 6 de abril de 2011

Estudiantina del Tecnológico de Chihuahua- Tonadita


La Tonadita
Por Enrique Arteaga Sustaita

Amigos todos: Un día de estos, hace alrededor de unos dos meses, puse el disco de La Estudiantina del año 1969 en mi computadora mientras hacía otras cosas; se sumerge uno en otras cuestiones que ni atención presta a la música pero algo llamó poderosamente mi atención. Para pasar a lo que sigue les tengo que comentar primero que me gusta mucho la "Música Francesa" tocada en el acordeón. Bueno pues al escuchar el track en turno en mi computadora me dije: “esta cancioncita tiene un aire parisino” y me ví, otra vez, paseando por Aveneu des Champs- Élysées (la plus belle avenue du monde) y también caminando por la rivera del Sena, las notas de la melodía me transportaron en el tiempo y la distancia y me vi, de nuevo, navegando en el Sena en un bateaux mouche.

La canción a la que me refiero es Tonadita de, fíjense como lo nombro: Don Agustín Lara. Bueno pues ya escuchando con más atención llegué a una conclusión y es la que les comento: Yo creo que no hemos dado el suficiente crédito a Don Carlos Pérez Márquez, magnífico músico chihuahuense, pero más que eso: ¡excelente arreglista!
Ya con un ánimo más crítico, me puse a escuchar con detenimiento este bello arreglo y aunque carezco de autoridad en la materia, hablo por las sensaciones que me provoca. La obertura de la obra es un pasaje lleno de dramatismo donde el autor del arreglo juega con las voces del acordeón y las mandolinas, pero también con los niveles de audio, creando matices con ellos en una especie de onda sinusoidal y dejando el final de este pasaje en un acorde irresoluto dando pie para el pasaje siguiente, del cual el oyente no tiene idea de lo que está por venir.

Cuando empieza la intervención del vocalista (Pifas), lo hace en un ambiente de solemnidad; aquí el autor utiliza las notas del bajo, ejecutado a manera de chelo, la propia voz del vocalista y los coros del resto de los cantantes para hacer las armonías perfectas; de por sí, el vocalista y el bajo ya están cantando a voces, el coro ya está cantando a voces, entonces, la totalidad del grupo está haciendo lo que sería un “acorde de acordes”. La transición de este segundo pasaje al siguiente lo hace de manera muy natural haciendo un tanto difícil lograr identificar, con exactitud, en donde termina uno y empieza el otro y ya de plano, sin saber como, nos encontramos en París en un ambiente,  digamos, “un tanto bohemio”.

Es aquí donde empieza mi evocación: Me veo con mi amada degustando el excelente vino francés, después de una opípara cena, en algún lugarcito del París viejo donde a nuestro lado conviven las Brigittes, las Catherines, las Mirelles y donde convergen tantos y tantos artistas y la élite de la intelectualidad de todo el mundo, atraídos por la magia de tan hermoso lugar.  En mi mente se mezclan las notas de la Tonadita con las de La vie en rose, cantada por Edith Piaf  y de Que C ést  triste Venise,  interpretada por Charles Aznavour que llegan a mis oídos desde no sé donde.
En el siguiente pasaje seguimos en París pero, con un sentimiento más jovial, ya no tan bohemio, de alegría juvenil por la vida misma, diría yo. Por ahí del minuto 2:00  la melodía ya va en ascenso, preparándose para el gran final -¡excelso!- al que llega después de una serie de variaciones -a lo largo de la canción- en el ritmo, la métrica y la tonalidad.  El final final, el autor del arreglo lo firma con dos notas, como al desdén, sabiéndose suficiente, como si dijera onomatopéyicamente: ¡ahí está!

Con gran sorpresa descubro que en la letra aparece la palabra París y me imagino a Don Carlos Pérez Márquez inspirándose en esa única palabra para diseñar este magnífico arreglo, ¡Fíjense como en dos minutos y doce segundos que dura la canción, Don Carlos nos hace viajar por diferentes estados de ánimo!

Hay una anécdota que platica el Profesor Salvador Pérez Márquez en donde dice que Agustín Lara nos escuchó cantar su canción Granada y que lo felicitó al haber quedado muy impresionado por la interpretación y los arreglos. Yo digo que si acaso escuchó también La Tonadita necesariamente se le tuvieron que caer los calzones por la emoción de ver vestida su canción con este hermoso atuendo diseñado por Don Carlos Pérez Márquez.
¡Mis respetos para este equipo de hermanos!, sin olvidar a José con el que se completa la trilogía de “Músicos orgullo de Chihuahua”.

Para los que piensen que me excedí, y vaya que yo respeto mucho a Agustín Lara por ser uno de mis ídolos, aquí les mando el enlace de la versión original y  también les mando otro enlace de la versión de Amparo Montes, para que ustedes hagan un comparativo y puedan apreciar con más elementos la calidad del arreglo de Don Carlos.
No está a discusión la canción ni el arreglo original "Per se", porque como toda creación no se le puede arrebatar su situación de privilegio por su originalidad.
¡Ah!...se me olvidaba...¡Nunca he estado en París!, excepto en sueños ¡jajaja!
Saludos.
Enrique Arteaga Sustaita.

BIBLIOGRAFIA: Wikipedia.






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