domingo, 22 de enero de 2012

OÍDO ABSOLUTO ¿O MEMORIA TONAL?

¡ESTA EN CHINO!

Amigos, si definir el término absoluto “está en chino”, definir el origen del “oído absoluto” está peor. De cualquier manera de lo que sí estamos seguros es de la existencia de esta facultad que tienen algunas personas de poder identificar las notas musicales, al escucharlas, sin necesidad de un patrón de referencia. Vamos por partes:
En cierta ocasión,   me encontraba entre un grupo religioso que entonaba himnos y cánticos para Dios y para mi mala fortuna yo era el único que tocaba la guitarra. Al empezar a cantar el grupo, empecé a angustiarme porque no lograba “pescar” el tono en el que cantaban. Mi suegro, que era músico, en paz descanse, al notar mi preocupación me dijo: “están cantando en Re”. ¡Oh, que alivio!, efectivamente, empecé a dar las armonías y logré salir avante.
En otra ocasión, durante un convivio en casa de un amigo, cuando llegué, ya se encontraba amenizando la fiestecita el suegro de mi amigo, con su requinto. Como siempre, ahí voy yo con mi cuchara, le dije: —Ahí en el auto traigo mi guitarra, ¿no quiere que lo acompañe?, — ¡Claro que sí! -me contestó. Traje mi guitarra y se la pasé para que la afinara, al mismo momento yo tomé su requinto y le empecé a dar las notas. — ¡No me suene ni una cuerda! -me dijo- y empezó a afinar la guitarra con el puro oído, obvio que cuando me regresó mi guitarra, estaba perfectamente afinada, al parejo de su requinto.
¡Qué maravilla!, a mí, que no distingo una nota de otra, siempre me ha maravillado esta facultad que tienen algunas personas de traer en su cerebro el sonido perfecto de las notas.
Yo siempre he pensado –y aún lo creo- que tal facultad es innata, es decir que las personas que la poseen la traen impresa en sus genes. Sin embargo de acuerdo a Wikipedia, todavía existe una gran controversia por dilucidar tal tema, ya que hay quienes afirman que es cuestión de poseer una buena memoria y  así poder recordar los sonidos de las notas musicales, otros afirman que se puede entrenar al oído para adquirir esta facultad. De lo que sí podemos estar seguros es que el oído absoluto existe y ya sea de origen innato o adquirido, no deja de ser una facultad extraordinaria y asombrosa.

En el vídeo que les presento como un ejemplo del oído absoluto, tal vez a alguien no le parezca tan espectacular, pero les aseguro que a cualquier músico que no tenga esa facultad, sí le parecerá. Pongamos un ejemplo de la misma facultad, pero viéndolo desde una perspectiva diferente y verán que esto si resulta apantallante para cualquiera: Una persona con oído absoluto lee unas notas en el pentagrama, las canta y las graba; después se escucha la grabación y se compara con la misma melodía ejecutada al piano y ¡SORPRESA!, las dos versiones tienen la misma entonación. ¡Ah, verdad que sí es sorprendente!

Enseguida dos anécdotas referentes al tema:

NOTA POR NOTA…

En cierta ocasión, un estudiantino del ITCH, no creyendo en la habilidad del Profesor Salvador Pérez Márquez -Director de la Estudiantina-  para cantar las notas, le dijo a otro: "Me parece que cuando el Profe. te canta las notas de un pasaje, son puras pin…*/# mentiras". Se pusieron de acuerdo, consiguieron una grabadora y cuando ellos mismos le preguntaron como iba cierto pasaje, lo grabaron de manera subrepticia. El Profe solfeaba las notas nombrándolas y ya me imagino las sonrisitas burlonas de este par de ca...*/#ones al solazarse de su acción. Ya a solas escuchando la grabación y comparándola con la partitura... ¿Qué creen amiguitos?: ¡SORPRESA!...Nota por nota, silencio por silencio, el pasaje musical era idéntico a la partitura. El Profe mismo me contó esta anécdota y lo que no sabían los pelafustanes es que el Profe. “luego luego”  se los echó a la bolsa y todo el tiempo estuvo al tanto de todo ¡jajaja!

Enrique Arteaga Sustaita.


SILBANDO EN MI BEMOL
Por Fernando Tiscareño.

Una mini anécdota que yo tengo muy presente del Profe., es que en más de una ocasión platicando con él en su oficina tocó que pasaba el tren y sonara su silbato (el ferrocarril pasaba a escasos 100 o 200 metros a espaldas del Tecnológico de Chihuahua), hacía una pausa en lo que estuviera platicando y decía: "Mi bemol, dos comas más bajo, pero casi mi bemol" o la nota que fuera esa vez...