Santa en apuros
Por Enrique Arteaga Sustaita
En esta navidad Santa Claus ha de haber pasado por verdaderas dificultades para
entregar millones de regalos alrededor del mundo en aproximadamente 24 horas y
sin embargo lo logró una vez más. Y es que aunque no le vi ni el polvo -quería
preguntarle cómo es que lo hace- me supongo que se vio en apuros para lograrlo,
porque pensándole un poco me parece realmente imposible que año tras año cumpla
bien con su trabajo y sin falta. Podrá una novia arrepentirse en el último
momento y dejar plantado al novio en el mismo altar; podrá un San Lunero
decidir no presentarse a su trabajo y simplemente decir “hoy no voy a trabajar”
y no va. Amigos, Santa no puede fallar, tiene un compromiso muy grande, primero
con él mismo y luego con los infantes. Imagínense si no se le rompe el corazón
cuando además de las cartas en que le solicitan juguetes, recibe cartas
especiales de algunos niños que piden por la paz del mundo, otros pedirán por
que haya alimentos en las casas de las familias pobres; alguno llega a pedir
que los juguetes que le tocaban a él los lleve a algún niño de más necesidad;
uno más le dice que le apartará unas galletitas y un vaso de leche tibia de la
cena de noche buena y que las encontrará al pie del arbolito de navidad. Ciertamente
que algunos de estos deseos no está en sus facultades cumplirlos (seguramente
servirá de correo para llevar las peticiones a quién sí puede concederlas). Así,
Santa va visitando hogar tras hogar para llenar de alegría a esos pequeñines
quienes con cuanta ilusión depositaron su fe en él. A algunos niños, por la
mala economía actual del mundo, no llevará específicamente el regalo
solicitado, pero dejará un juguete a cambio, esperando que pronto haya mejores
tiempos.
La población total de la humanidad, en la actualidad, ya
rebasa los siete mil millones de seres (7 000 000 000) de los cuales una
tercera parte (2400 millones) son creyentes de la navidad (cristianos).
Afortunadamente para Santa, de esta tercera parte solamente alrededor de 300 a
400 millones de niños (hasta una edad aproximada de 10 años) son los que le
piden regalos.
Me estoy suponiendo que Santa no recurre a los medios
convencionales para repartir los regalos por la dificultad que implica visitar
de noche 400 millones de hogares alrededor del mundo, de Norte a Sur, de
Oriente a Poniente y de un hemisferio a otro. Ni empleando la cuarta dimensión
tiempo lo lograría. Es de suponer entonces que Santa recurre –sí, seguramente
eso es- a la Quinta Dimensión en donde Santa adquiriría algo muy cercano a la omnipresencia
solo que para que nos explicara esto último, tendríamos que llamar al mismísimo
Albert Einstein. Primero Dios, Santa… ¡No me falles! ¡Feliz Navidad!
Fuente: Programa "Factor Ciencia" Canal once TV México
Fuente: Programa "Factor Ciencia" Canal once TV México
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