VICTORIAS Y DERROTAS
Por Enrique Arteaga Sustaita
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Al año siguiente, es decir 1969, por ahí del mes de septiembre, hubo un nuevo concurso en donde aparte del desempeño musical de los concursantes, también serían calificados de acuerdo a sus conocimientos en un nivel académico más o menos de secundaria y preparatoria y de cultura general.
Ya para esas fechas, La Estudiantina llevaba un año de ensayos y estaba como diríamos ahora "Bien Perrona", de manera que las calificaciones musicales siempre fueron las máximas y si La Estudiantina perdió ya se imaginarán por qué razón: a El Grupo de Sabios le tocó bailar con la más fea: El peso de la derrota recayó sobre ellos. Yo digo que ese día se conjugaron las cosas: Si bien La Estudiantina de Chihuahua estaba "Bien Perrona", también había otras muy buenas, me parece que la que nos ganó fue una que traía violines, a eso agrégale que cuando nos preguntaron ¿De qué otra manera se le conoce a la vitamina C?, contestamos que acido cítrico, en vez de ascórbico. Total que perdimos. Aunque hubo ciertos reclamos, medio en serio, medio en broma, a mí nunca me pudo la derrota porque yo sabía que los sabios habíamos hecho un gran esfuerzo y puesto nuestro máximo empeño.
En uno de los días previos, Peritos (Maestro Salvador Pérez Márquez) nos cayó -nunca lo hacía- en el cuarto dónde estábamos alojados Portillo y yo y no recuerdo si otros dos. Teníamos tapizadas las paredes de hojas llenas de posibles preguntas que nos harían, ya teníamos las respuestas, y ahí macheteábamos duro. Peritos entró, vio, murmuró algo y salió. Cuando perdimos yo sabía que, por ese detalle, Peritos no podría reclamarnos, después de eso yo nunca escuché al Profe volver a mencionar ese tema, pero…
Muchos años después, en el concierto de 1993, lo mencionó y adivinen qué amiguitos: Nos dio nuestro crédito, fue como si se hubiera saldado una cuenta pendiente, eso, por lo menos a mí, me llenó de mucha satisfacción y admiré más a ese hombre; los que lo conocimos en aquellos tiempos sabemos de su fuerte carácter, pero también de su gran nobleza.
Quiero terminar estas anécdotas con un tributo a las palabras del General Douglas MacArthur en la carta a su hijo, en donde dice:
(Señor): "Dame un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada y humilde y magnánimo en la victoria".
(Señor): "Dame un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada y humilde y magnánimo en la victoria".
Cuanta sensibilidad!!!! siguenos deleitando con tus narraciones.
ResponderEliminar¡Gracias amiga!
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