domingo, 13 de marzo de 2011

RECETA PARA EL MAL DE AMORES

Para el mal de amores no hay remedio más eficaz que el siguiente:
 Son dos reflexiones, una de Manuel Gutiérrez Nájera y otra del vulgo mexicano:
"¡Qué importa lo fugaz de los amores, también expiran jóvenes las rosas!" y...
"No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que los aguante", respectivamente.
Aplíquense ambos, a discreción propia, conforme a las acometidas de los recuerdos, siempre acompáñelos de alguna bebida espirituosa -“A grandes males, grandes remedios”-, ésta, deberá aplicarse de manera moderada, de no ser así será "Peor el remedio que la enfermedad". Ayudará muchísimo rodearse de amigos querendones y el buscar objeto metálico puntiagudo capaz de hacer desalojar otro de iguales características del lugar reservado para los buenos sentimientos (“Un clavo saca otro clavo”).

 En caso de persistir el mal, habrá necesidad de utilizar la ayuda de un revulsivo, capaz de hacer desalojar el humor salino acumulado en el cofre de las penas por tantísimo tiempo y entonces sí: ¡llórale que llórale mi hermano!, hasta depurar, en tantas sesiones catárticas como lo requiera, el órgano afectado por el mal.

¡OJO!: EL ABUSO DE ESTOS REMEDIOS PUEDE CAUSAR ADICCIÓN, ¡PREGÚNTENME A MÍ!

¡Salud!...
Enrique Arteaga Sustaita.

ENLACE RELACIONADO




Manuel Gutiérrez Nájera
http://www.los-poetas.com/l/naj1.htm

¿Por qué de amor la barca voladora
con ágil mano detener no quieres,
y esquivo menosprecias los placeres
de Venus, la impasible vencedora?

A no volver los años juveniles,
huyen como saetas disparadas
por mano de invisible Sagitario;
triste vejez, como ladrón nocturno,
sorpréndenos sin guarda ni defensa,
y con la extremidad de su arma inmensa
la copa del placer vuelca Saturno.

¡Aprovecha el minuto y el instante!
Hoy te ofrece rendida la hermosura
de sus hechizos el gentil tesoro,
y llamándote ufana en la espesura,
suelta Pomona sus cabellos de oro.

En la popa del barco empavesado
que navega veloz rumbo a Citeres,
de los amigos del clamor te nombra,
mientras tendidas en la egipcia alfombra,
sus crótalos agitan las mujeres.

¡Deja, por fin, la solitaria playa,
y coronado de fragantes flores
descansa en la barquilla de las diosas!
¿Qué importa lo fugaz de los amores?
¡También expiran jóvenes las rosas!







No hay comentarios:

Publicar un comentario