jueves, 10 de marzo de 2011

Tour a bordo de Elefantes Alados

Amigos todos:
Los estoy formalmente invitando a dar un paseo a bordo de mis inseparables elefantes alados. A diferencia de cualquier Roll Royce, Ford Lobo (¿y la Cheyyenne Apá?), o ya de perdis unas Toyotas, que Uds. pudieran tener, mis azules amigos y alados medios de transporte, no requieren de garages donde sean resguardados de la codicia de los hombres, ellos pernoctan en las cornisas y aleros de los tejados de mi covacha; gracias a esta costumbre que ellos mismos adquirieron, mis noches son de lo más placenteras al no estar yo en la constante zozobra de que alguien quiera hurtarlos. A propósito de noches placenteras, aprovecho la ocasión para decirle a Arjona que le aclaro el panorama y no hay Pingüinos en mi Cama, y eso que no duermo acompañado ¡jajaja!
Bueno pues empiezo por Horacio Ferrer quien en compañia de Astor Piazzolla me compusieron esta hermosa balada en 1969, exacto, cuando andábamos por Mexicalpán de las Tunas. Este par de argentinos al parecer ya se las tostaban, no me consta, pero dando rienda suelta a su imaginación compusieron este bello tema dedicado al amor y que tal parece que fuera escrito especialmente para Miguelito. Les rogaría que a todos los temas que les propongo, presten mucha atención a las letras; yo creo que para poder definir tan bien a un loco, se requiere estarlo también. ¿Qué locos, no?
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En 1971 sale a la luz este otro tema que me retrata cual si fuera yo el muso de John Lenon, presten mucha atención a la letra en el minuto 2:12 y otra vez en el minuto 3:16, ahí viene un secreto que solo los locos sabemos, pero que los que no lo sean pueden conocerlo e incluso adherirse al clan. ¡Rolón de miedo!
Este si que de plano ya no le despistó nada, Alberto Cortez y también de plano me dedicó exprofeso este tema cual si fuera un traje a la medida, aquí emplea unos adjetivos un poco fuertes, pero yo sé que lo dice en broma porque entre locos, como entre bomberos, no nos andamos pisoteando la manguera, o mejor dicho: “Perro no come perro”.
Si yo creyera en la reencarnación y si en mi pasada vida hubiera sido mujer, sin duda alguna que hubiera sido el personaje en quien Joan Manuel Serrat se inspiró para escribir tan bella canción. Así amamos los locos, o por lo menos yo, ¡jajaja!
Pero toda moneda tiene su anverso y su reverso y para que un loco haya escogido vivir de tal manera que a los que no lo están les es muy difícil comprenderlos, necesariamente han (hemos) tenido la vivencia de haber estado y conocido los estratos de otros mundos (no me pregunten como,¡jajaja!), temas muy difíciles y pesados y que no a todos les es dado esa posibilidad, ¡benditos!.

De cualquier manera les recomiendo "El loco" de Gibrán Jalil Gibrán,  pero si se les hace muy pesada  la lectura, por lo menos lean los capítulos El Loco, Los siete egos, Rostros y El astrónomo del mismo libro.
¡Salud!
Enrique Arteaga Sustaita.

El loco


Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:

Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: -¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó: -Miren! ¡Es un loco! Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité: -¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser. Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.



 Castillos en el aire
Alberto Cortez

Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿o no?...





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