Carta para el primo de un amigo, enfermo del “Mal de amores”
Por Enrique Arteaga Sustaita
Amigo:
Pídele a tu amada que regrese, ¡dile cuánto la amas!, dile
que habías forjado un mundo de ensueño con ella a tu lado; que habías soñado
caminar por el sendero hermoso de la vida tomado a su mano; que con el cobijo
de su amor no temías a los posibles infortunios futuros y que ahora sin ella, navegas temeroso por el mundo del desconsuelo. Que habías imaginado una familia
muy bonita, fruto de tu amor con ella, refugiados en el calor del hogar al
amparo de Dios. ¡Dile que la amas! Que si regresa vivirás solamente para ella; que estarás al pendiente de su más mínima demanda, siempre atento a tu reina, a
sus necesidades. ¡Dile cuánto la amas!, ¡dile cuánto sufres! Dile que no te condene
a la muerte, que es lo mismo que vivir sin ella. Dile que te sientes mal, que
no ves el futuro sin ella. Que ahora tu vida es un suplicio, que caminas por la
vida como si fueras por el camino del calvario rumbo a la cruz. Promete que vas
a cambiar, que has cometido errores pero que no te condene sin darte una nueva
oportunidad de demostrar que por ella serías capaz de corregir las cosas tuyas
que le desagradan. Pero… que si regresan, también te gustaría y exigirías el
mismo trato. Que tanto amor que le profesas te lo devolviera con lo mismo, no
más, porque nadie puede dar más amor que el que tú le tienes.
Es todo amigo, si no regresa te aconsejo no hagas más. Sería
denigrante. ¡Deja que corra libre la rueda de la vida! Pero… antes dedícale
esta canción (Plan B):
ORGULLO
Álvaro Carrillo
Me dejas ciegamente enamorado
lo sabes y es por eso que te vas.
Esperas verme loco y humillado
pero eso, eso creo que nunca, nunca llegará.
Ya ves yo no voy a negar este amor
que por ti siento que arde.
Ya ves cuando llego a tu altar
me arrodillo medroso y cobarde.
Es posible que pierda
la mitad de mi vida queriendo olvidarte;
y también es posible
que sangre mi herida si vuelvo a encontrarte.
Ya ves, yo no voy a negar
el calor de tus besos profanos,
más no me verás regresar
con la flor del perdón en las manos.
Y todo ese amor,
que a tus plantas rodó como tuyo,
lo voy a vencer
con el recio puñal de mi orgullo.
FIN
Nota.- Los personajes
son ficticios. Cualquier semejanza con mi realidad es mera coincidencia
¡jajajaja!
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