SE CASÓ EL ABUELO
Al quedar viudo y después de guardar luto por
determinado tiempo, el abuelo ricachón de ochenta años de edad contrajo nupcias
con una rozagante mujer de escasos 30 años. Pasaba el tiempo y la dama no
lograba quedar embarazada por lo que el abuelo acudió al médico. El galeno
ordenó un análisis de conteo de espermatozoides; razón por la que el abuelo
acudió al laboratorio instalado en la misma clínica. En el laboratorio, una
asistente le entregó un frasquito para depositar la muestra y lo introdujo en
un pequeño cubículo para que se realizara las
maniobras obvias. Pasó más de una hora y el viejito no salía por lo que la
asistente tocó con insistencia la puerta del privadito, temerosa de que al
abuelo le hubiera sucedido algo malo. Sale el viejito con una notoria fatiga
reflejada en su rostro y se dirige a la asistente: “Señorita: media hora
tratando con la mano derecha ¡Y nada!; media hora tratando con la mano
izquierda ¡Y nada!; media hora tratando con ambas manos ¡Y nada que puedo
destapar el frasquito!”
Autor desconocido.