A propósito del nombre de mi blog –Elefantes Azules Voladores- es fácil adivinar que el titular del mismo no anda muy bien del cerebelo, o ¿quizás sea un recurso para evadir las responsabilidades de sus posts?. Como sea, aquí en México para atribuirle a alguien la posibilidad de no andar muy bien de sus facultades mentales, se le dice que ya anda viendo elefantes azules voladores, pero ¡he aquí! que curioseando en la red me encontré con la…
LEYENDA DE LOS ELEFANTES VOLADORES
Al principio de los tiempos, el cielo estaba lleno de elefantes voladores.
Demasiado pesados para sus alas, a veces se estrellaban contra los árboles y asustaban a otros animales.
Demasiado pesados para sus alas, a veces se estrellaban contra los árboles y asustaban a otros animales.
Todos los elefantes voladores de color gris volaron hacia el nacimiento del río Ganges. Acordaron renunciar a sus alas y asentarse en la tierra.
Cuando mudaron la piel, millones de alas cayeron a la tierra, la nieve las cubrió, y nació el Himalaya.
Cuando mudaron la piel, millones de alas cayeron a la tierra, la nieve las cubrió, y nació el Himalaya.
Los elefantes de color azul aterrizaron en el mar y sus alas se convirtieron en aletas. Son ballenas, los elefantes sin trompa de los océanos.
Sus primos son los manatíes, los elefantes sin trompa de los ríos.
Los elefantes camaleón se quedaron con sus alas pero acordaron no volver a aterrizar en la tierra de nuevo. Cuando se van a dormir, siempre se acuestan en el mismo sitio en el cielo y sueñan con un ojo abierto.
Las estrellas que ves por la noche son los imperturbables ojos de los elefantes durmientes, que duermen con un ojo abierto para cuidar mejor de nosotros.
FIN
P. D: al igual que al colega que subió a la red esta leyenda, me parece muy hermosa, sobre todo su epílogo.
¡Salud amigos!
Enrique Arteaga Sustaita.