Historias Urbanas
A mi amigo Pepetón siempre le suceden cosas que no a todo el
mundo, pero ahora solamente le tocó ser espectador: Dice que: “Venía en el bus
urbano y entre la demás gente, venía un borrachito de pie. Sentada, venía una
señora de la tercera edad, menudita, quien al llegar el bus a la estación de Venustiano
Carranza y Niños Héroes, con gran dificultad se puso de pie y sí, también
acusaba cierta discapacidad motora. Tan pronto el borrachito se dio cuenta de
la situación, en menos de lo que te platico, tomó a la señora en vilo y ésta,
por más esfuerzos que hacía, no podía ni tocar el piso. –No tenga miedo madre
–decía el borrachito repetidamente- conmigo viene segura. Con gran rapidez el
borrachito depositó a la viejita, segura –como lo había dicho- fuera del bus
instantes antes de que cerraran la puerta. Todavía los pasajeros pudieron ver a
la viejita a través de las ventanas, levantar las manos amenazadoramente al
tiempo que gritaba echando pestes: “¿Para qué me bajó aquí $%&/*&% si
esta no era mi parada?”. El borrachito se tapaba la cara de vergüenza al tiempo
que comentaba conmigo: “¡la $%&/gué! ¿Verdad?””. Mi amigo dice que asintió con la cabeza haciendo un gran
esfuerzo por no soltar la carcajada. ¡Jajaja! (la carcajada es mía).
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